Usagre

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A mitad de camino entre Llerena y Zafra, en la parte occidental de la Campiña y limitando con las comarcas de Tierra de Barros, Tentudía y Zafra- Río Bodión, se asienta esta localidad en un terreno de suaves ondulaciones y fértiles suelos que se encuadran dentro de los límites de la Sierra del Calvo y la Sierra de los Santos al este. La rivera de Usagre, “vida y muerte de la población” según expresión del cronista local José Larrey, discurre por el extremo noroeste de la localidad determinando la disposición de la calle Convento, que lo delimita por este lado hasta encontrarse con el Matachel.
Vestigios arqueológicos de diferentes etapas (Calcolítico, Edad del Bronce, época romana, visigoda o árabe) hallados en sus proximidades confirman la antigüedad de los primeros asentamientos en la zona. Son los restos del Calcolítico los que ayudan a datar con exactitud el tiempo en que primitivamente fue poblada la zona. Existen dos asentamientos con una antigüedad de 3500 años en los que se encontraron restos de cerámica, hachas de piedra y otros objetos en las zonas conocidas como las Pizarras y el Mingálvaro. A la Edad del Bronce, época en la que Usagre se encontraba dentro de la zona de la Turdetania Céltica (siglo V a.C), pertenece el campo de cistas megalíticas en el paraje conocido con el nombre de las Mayas. Autores antiguos como Estrabón mencionan la ciudad céltica llamada URSARIA que ha sido posteriormente identificada con Usagre. Pero este nombre, parece encontrar algún cambio en época romana llegando a conocerse según la tradición con el topónimo de URBS SACRAE. En esta época pasaba por la localidad una importante calzada romana que unía Astigi y Emérita Augusta (Écija-Mérida) de la que queda como testigo el puente romano (reconstruido en época medieval) y que algunos investigadores han enclavado en el periodo del emperador Augusto. Existe la posibilidad de que hubiese sido el período visigodo uno de los más brillantes en relación al pasado histórico de Usagre, sobre todo por la hipótesis que ubicaría una basílica visigoda del siglo VI-VII de la que solo se hallaron restos como son el pie del altar y otras piezas en los alrededores de la que es hoy la actual parroquia de Nuestra Señora de Gracia, así como enterramientos de la época, cerámicas, brazaletes y anillos encontrados en la necrópolis del Caballar y cuyos objetos se exponen en el Museo Arqueológico Provincial. Entre los yacimientos más señalados cabe recordar los de Santa María, las Mallas, Cercado de Teléfonos, la Venta, el Caballar o el Cerro del Moro (de algunos de ellos existen colecciones atesoradas por aficionados locales, ricas en piezas de gran interés).
En 1241, el núcleo fue ganado a los árabes para los cristianos por el maestre santiaguista Rodrigo Iñiguez para que más tarde su sucesor Pelay Pérez Correa iniciara su repoblación otorgándoles el famoso Fuero a mediados del siglo XIII (este libro de leyes que compila todas las materias se considera uno de los tres más importantes de Extremadura y se conserva en el Archivo Histórico Nacional como parte del patrimonio bibliográfico extremeño). De este modo quedaba la localidad incluida en la jurisdicción de esta Orden con categoría de Encomienda con una renta anual de 13.921 reales de vellón. En época renacentista la población constituía uno de los centros más destacados de la zona, siendo así señalado en el vocabulario de Antonio de Nebrija. Como dato destacado, resaltar el esplendor poblacional con el que contaba el núcleo que a finales del siglo XVI tenía 625 vecinos pecheros (unos 2.600 habitantes en total) de los cuales salieron para la conquista y colonización de América unos 60 emigrantes, entre ellos el lugareño Bartolomé de Usagre, artillero de Cortés que hace toda la conquista de México participando en más de diez batallas contra los indios y su hermano Diego de Usagre, maestre de artillería de Pánfilo de Narváez que también termina a las órdenes de Cortés. A finales del siglo XVIII toma cierta entidad la industria, pues además de los veinte molinos harineros ubicados en la rivera, se montan dos industrias de lanas que son el lavadero de los Pinos y el del Parral y también una almazara o molino aceitero de viga. Será a comienzos del siglo XIX cuando la localidad viva uno de los enfrentamientos más desagradables de su historia cuando el pueblo es ocupado por el ejército de Napoleón, el cual tiene allí establecido un campamento que el 25 de mayo de 1811 entra en combate, tras la batalla de la Albuela, en suelo usagreño y en retirada hacia Llerena, contra el ejército aliado compuesto por españoles, ingleses y portugueses que terminarán por derrotar a la caballería francesa con un total de 350 muertos y 72 heridos. A mediados de siglo Usagre se convierte en un importante centro minero donde se explota el mercurio hasta principios del siguiente siglo. Ya en el siglo XX, el proceso migratorio hace de Usagre, como de muchos pueblos vecinos de la comarca, un centro de emigrantes que modifican la densidad poblacional de manera que en 1954 contara con 5337 habitantes para pasar en el año 2000 a contar con una población en torno a los 2000 habitantes.

Ahillones, Azuaga, Berlanga, Campillo de Llerena, Casas de Reina, Fuente del Arco, Granja de Torrehermosa, Higuera de Llerena, Llera, Llerena, Maguilla, Malcocinado, Peraleda del Zaucejo, Puebla del Maestre, Reina, Retamal de Llerena, Trasierra, Valencia de las Torres, Valverde de Llerena, Villagarcía de la Torre.